"La Masia no se toca", así rezaba la pancarta que ayer exhibió el Camp Nou en motivo de protesta a la desmesurada sanción de la FIFA al club azulgrana
Que la directiva del Fútbol Club Barcelona, haciendo nuevamente gala de su pasividad e incompetencia, se equivocó infringiendo un artículo de la ley de fichaje de menores de 18 años de la FIFA, es tan evidente como que la norma en sí es un auténtico disparate, que lo único que hace es perjudicar tanto al club como a los chavales, a los que se les prohíbe hacer lo que les hace realmente felices, que no es otra cosa que jugar al fútbol, sin dejar de lado a las familias, que como si no fuera suficiente estar a cientos de kilómetros de sus hijos, tienen que ver desde la distancia como se ven frustrados su sueños, esos sueños que el Barcelona a través de La Masia, les estaba haciendo cumplir.
Pero este tema va aún más allá, pues La Masia, que ante los ojos de todo el mundo es un modelo a seguir, tanto de educación futbolística como personal y académica, (de hecho muchos clubes europeos han puesto en marcha sus respectivas residencias para los jóvenes basándose en el modelo de la del Barcelona) ese ejemplo se está poniendo en "tela de juicio", y el Barcelona por ahí no va a pasar, un equipo que basa su modelo futbolístico en un estilo forjado hace ya 35 años, desde la antigua Masia de Can Planes frente al Camp Nou, hasta el día de la inauguración de La Masia Centre de Formació Oriol Tort en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, allí donde centenares de niños se han hecho futbolistas de élite, y lo más importante, se han hecho personas, donde no solo se les enseña a dar un pase en profundidad, un buen centro, o un desmarque, si no donde se les enseña a dar la mano ganen o pierdan, donde se les enseña a dar los buenos días, las gracias, modales y conducta, donde se les inculca el respeto a jugadores, entrenadores, y árbitros, y a defender el "fair play" allá donde vayan, donde han salido jugadores como Leo Messi, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Josep Guardiola, Tito Vilanova, Víctor Valdés, Iván de la Peña, Sergio Busquets, y así tantos y tantos...
Seamos del equipo que seamos, La Masia ha sido, es, y será una gran escuela de fútbol y de valores positivos, que por el bien del fútbol debemos preservar y defender, separar lo que es una nueva metedura de pata de la directiva, de la gran labor que hace este centro, y del prestigio y la reputación que desde su construcción se ha ganado a pulso, y que ha forjado a los mejores jugadores del mundo y campeones de todo. Con eso no se juega señor Blatter.
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