El juzgado mercantil número 2 de Palma ha declarado la suspensión de pagos del club balear tras la denuncia del ex presidente del club, Miguel Ángel Gómez y de Antoni Pocoví por una deuda cercana a los 200.000€.
De este modo, al ser un concurso forzado, el club pasa a manos de unos administradores judiciales; por lo que el Consejo de Administración formado por Bartolomé Cursach, Fernando Crespí y Toni Horrach perderán sus funciones ejecutivas, hasta que se satisfaga la deuda o se llegue a un acuerdo con los acreedores.
La situación es muy grave, ya que el Atlético Baleares no posee patrimonio alguno; porque no tiene ni estadio propio, ni ciudad deportiva y además no genera ingresos. Por si esto fuera poco, también tiene que lidiar con la denuncia de Antoñito por una cifra de 40.000€, que el jugador podría reclamar en cualquier momento.
Todos estos ingredientes forman el polvorín perfecto que le podría estallar en las manos al club balear. La única solución viable sería llegar a un acuerdo con los denunciantes, puesto que en caso contrario, se podría llegar a pedir la disolución después de 71 años de historia.
En lo que respecta al plano estrictamente deportivo, el Atlético Baleares se encuentra en la segunda posición del grupo III y con muchas posibilidades de jugar el play-off de ascenso a la Liga Adelante.
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